viernes, 7 de abril de 2017

ANDRÉS ROCA REY DEJA BUENA IMPRESIÓN EN LISBOA

Mientras José Padilla tuvo una soberbia actuación en corrida mixta  a la usanza portuguesa.
(Fuente: aplausos.es)


PASES DE PECHO. De Andrés Roca Rey en el coso Campo Pequeno de Lisboa.

  La corrida inaugural del abono de Campo Pequeno -coso que este año cumple su 125 aniversario- arrojó un balance más que positivo: se volvió a colgar el cartel de “Esgotado” -No hay Billetes-, Padilla arrolló como un ciclón y elevó su crédito en la Monumental lisboeta, saliendo por tercera vez por la puerta grande.
   El jerezano demostró que se encuentra en el mejor momento de su ya larga trayectoria. En esta ocasión volvió a echar mano de su peculiar repertorio que le convierte en un torero completísimo capaz de conquistar a todos los públicos gracias a tres factores esenciales: un valor a prueba de bombas, una gran capacidad como lidiador y su facilidad para conectar con los tendidos. Todo eso y más dejó patente en dos faenas rotundas en la arena de Lisboa, que le acoge con un cariño que ha dedicado a muy pocos.
   La madurez de Padilla le confiere una enorme seguridad y serenidad, eligiendo los mejores terrenos, reaccionando con inteligencia a las condiciones de cada toro, además de imponer su mando. Antes de los desplantes y adornos efectistas, el jerezano hizo el toreo de calidad: derechazos profundos alargando las embestidas, naturales de mano baja, hasta llegar la locura del arrimón. Brilló igualmente en el tercio de banderillas, clavando con precisión y verdad. Como resultado, un triunfo unánime, que puso de acuerdo a viejos aficionados, jóvenes curiosos o turistas de ocasión.
   Andrés Roca Rey, que se presentaba en esta plaza, dejó una grata impresión aunque sin redondear. Frente al tercero, noble pero sin transmisión, lanceó de capote con elegancia y construyó una faena donde cuajó series por ambos lados de bello corte pero escasa emoción. Se entregó frente al que cerró plaza, un toro manso que no le dio opciones de éxito. En este turno, de nuevo se vieron detalles reveladores de la clase que Roca Rey atesora.
   El maestro Joao Moura se sobrepuso, con las ganas habituales, a la caída de una de sus monturas, felizmente sin consecuencias, en el toro que rompió plaza. Moura aprovechó con sabiduría algunas francas embestidas de su oponente para diseñar una magnífica lidia dentro de su concepto. A la brega cadenciosa, en la corta distancia, se sucedieron suertes de emotiva ejecución, que llegaron fuerte a los tendidos. Lamentablemente, en el cuarto las cosas no rodaron al mismo nivel, en una faena con altibajos.
   Los forcados Amadores de Vila Franca realizaron con eficacia dos pegas de cara.
Lisboa (Portugal), jueves 6 de abril de 2017. Toros de Vinhas, para rejones, bien presentados pero de escasa transmisión, y de Herederos de Varela Crujo, con trapío y clase, el segundo fue muy noble, dando el ganadero la vuelta al ruedo. Entrada: Lleno de “No hay Billetes”. Al iniciarse el festejo sonó un pasodoble dedicado por la Banda de Samouco a Juan José Padilla, a quién fue ofrecida la respectiva partitura.
Joao Moura, vuelta y silencio.
Juan José Padilla, dos vueltas y tres vueltas;
Andrés Roca Rey, vuelta y vuelta. 

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