• Tras cortar dos orejas a su segundo
toro en una faena de valor y clase.
• Alejandro Talavante cortó una oreja
de peso a su segundo toro.
Fuente:
aplausos.es
Con un toro de Mayalde con movilidad pero
de media arrancada, que nunca ha querido ir metido en la muleta y con la única
virtud de atender a los toques, Roca Rey
tocó la gloria de la plaza de Madrid con un determinación brutal y un valor a
prueba de bombas. Desde el quite por gaoneras, pasando por el inicio por
estatuarios en el que a punto estuvo de ser cogido, las zapatillas
atornilladas, la manera de aguantar tarascadas, de ligar los muletazos en un un
palmo de terreno que el toro no parecía tener, todo tuvo una emotividad
mayúscula. Faena toda ella ejecutada en los medios. El peruano nunca ha dudado, bajándole la mano, sacándoselo por
la espalda…. un auténtico alboroto. Sin embargo nunca perdió la solemnidad que
atesora en su andar por la plaza. Se tiró a matar o morir en la estocada, que
cayó arriba y con el torero encunado entre los pitones. Tremendo. Dos orejas en su presentación de matador
en Madrid, como dos cortó en su presentación de novillero. Apoteósica la salida
a hombros.
Noble pero sin fuerza el primero de
Cuvillo, toro de la confirmación de Andrés
Roca Rey, lo que le hizo defenderse durante la lidia. Sí tuvo virtudes como
la fijeza y la prontitud, pero faltó transmisión. Castella quitó por
chicuelinas y encontró la réplica del toricantano, que lo hizo por talaveranas
muy logradas y que fueron ovacionadas con fuerza. Roca Rey brindó al Rey Juan
Carlos. Muy buen actitud del peruano, que se lo pasó muy cerca siempre, tanto
en el toreo fundamental como en el accesorio hasta en el arrimón final en el
que las puntas rozaron la taleguilla. Mató de una estocada y fue ovacionado.
El segundo fue un buen toro con el único
defecto de no tener la fuerza suficiente para desarrollarlo en plenitud. Sebastián Castella, tras un buen quite
de Talavante, también brindó al Rey y compuso una faena larga -sonó el aviso
antes de entrar a matar- y solvente en la que un sector del público venteño se
mostró intransigente con el diestro francés. No le importó a Castella, que dio
la cara siempre con firmeza y mató de manera eficaz, siendo silenciado. El
primer remiendo de Mayalde, que fue mal lidiado, se movió sin acabar de
emplearse en la muleta de Castella. Voluntariosa pero sin eco la labor del
francés ante un toro informal que tuvo mejor principio de muletazo que final.
Alguna pincelada suelta, un cambio de mano y una trincherilla fueron más
jaleados antes de que Castella manejara los aceros de manera deficiente.
De fenomenales hechuras y seriedad fue el
castaño chorreado que hizo tercero.
Alejandro Talavante, inédito con el capote, lo cuidó mucho en varas y se
puso a torear sin probaturas al natural, por donde surgieron dos buenas tandas.
Bajó por el pitón derecho el nivel de una faena que acabó condicionada por las
pérdidas de manos de un toro bueno pero al que le faltó fortaleza. Con la
espada no anduvo certero el extremeño, siendo silenciado. El jabonero quinto,
fuerte, alto de hechuras, arrolló a Juan José Trujillo con el capote. No se
empleó el de Cuvillo, midiendo siempre al torero. Una dura prueba. Alejandro
Talavante tiró la moneda al aire, apostando por el toro y tragando parones y
derrotes. Faena de gobierno y raza, muy emotivo todo, con dos tandas al natural
de nota muy alta. Una lección en toda regla. Madrid se entregó al torero
extremeño, que mató de una estocada de efecto fulminante y cortó la oreja, que
fue pedida con mucha fuerza.
FICHA.
Madrid, viernes 13 de mayo de 2016, 8° de San Isidro. Cuatro toros de Núñez
del Cuvillo, bien pero desigualmente presentados, el 5º con movilidad
pero sin clase y con peligro, dos (4º y 6º) de Conde de Mayalde, que
se movieron en distintos grados.
Sebastián Castella:
Silencio tras aviso y silencio.
Alejandro
Talavante: Silencio y oreja,
Roca Rey:
Que confirma alternativa, ovación con saludos tras aviso y dos orejas.
Entrada:
Lleno. El Rey emérito Juan Carlos I y su hija la Infanta Elena asistieron al
festejo.
TEMPLADO PASE NATURAL. De Roca rey al toro que desorejó.
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