• “Malagueño” fue un
toro bravo y noble que embistió con mucha clase y fijeza por ambos pitones y
mereció la vuelta al ruedo.
• Andrés Roca Rey
tuvo una buena actuación y estuvo por encima de los toros que le tocó en suerte. Fue fuertemente ovacionado
en sus dos toros.
Fuente: aplausos.es
Histórico. Emocionantísimo. Cumbre. David
Mora y “Malagueño”, de Alcurrucén, rozaron la perfección en Madrid. Toro de
indulto, a todos los niveles. Bravísimo. Codicioso. Embistiendo con un ritmo
constante. De muchísima profundidad y duración. Sobresaliente por los dos
pitones. Y ojo: toro bravo en el caballo, picado y administrado a la perfección
por Israel de Pedro. Sacó fijeza, elasticidad, clase y esa forma de descolgar
de los animales bravos de verdad. Lo tuvo todo. Mora lo toreó bien de capote de
salida. La emotividad empezó en el tercio de quites: Roca Rey entró por saltilleras
y David Mora le replicó con gaoneras de enorme raza y valor, coronadas con una
torera brionesa. Brindó al equipo médico de Las Ventas, personificado en la
figura de Máximo García Padrós, y, luego, se pasó del drama al éxtasis en un
segundo. Quiso arrancar la faena de muleta con un pase cambiado por la espalda,
tomando al toro muy en corto, y fue volteado dramáticamente. Repuesto de la
tremenda paliza, protagonizó de ahí al final toda una sinfonía de temple,
naturalidad, ligazón, inspiración... Todo reunido, profundo, en un palmo de
terreno. La primera tanda, sobre la diestra y rematada con una trincherilla y
un pase del desdén, ya puso el diapasón de la faena muy alto. La labor fue como
el toro: constante de ligazón, profundidad y torería. La gente bramó.
Estoconazo volcándose entre los pitones, entrando con el corazón por delante, y
muerte espectacular del toro, cayendo a los pies del héroe. Dos orejas y vuelta
al ruedo al de Alcurrucén. La grandeza del toreo, reunida en 20 minutos.
El quinto fue un toro complicado, con
genio, que protestó mucho en sus desclasadas embestidas. Deslucido animal.
David Mora, que brindó al Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa
-acompañado en una barrera por su pareja, Isabel Preysler-, anduvo digno dentro
de una labor de buen aplomo. Mató por derecho. Silencio.
Exigente el tercer toro, con
movilidad pero menos clase. Le faltó continuidad en su embestida, pero se movió
y transmitió. Roca Rey anduvo muy de verdad con él en una faena de entereza y
que tuvo también su punto de tensión. Tragó el peruano con las indefiniciones
del toro. Labor de torero valiente, rematada de estocada, saliendo con el
chaleco rajado del trance. Fuerte ovación con saludos.
Toro muy áspero el sexto, que por abajo
exigía porque se metía por dentro y por arriba se violentaba. Difícil de ligar.
Roca derrochó aplomo y valor en abundancia, dando réplica al animal con una
faena de pulmón y corazón. Muy medido por el público, no le pesó al peruano y
pisó igualmente los terrenos con máxima autoridad. Faena de alta nota por su
carácter, coronada de un gran espadazo. Silencio.
Abrió plaza un animal exigente y con un alto
fondo de casta. Toro que pidió firmeza de planta, buena técnica y un alto grado
de compromiso y apuesta. Mejor por el pitón derecho que por el izquierdo, por
donde lanzó algún que otro gañafón. Toro con poder e interés, en cualquier
caso. Urdiales logró muletazos sueltos buenos por los dos pitones, pero no
llegó a cruzar la línea. Faltó mayor redondez en las series, que fueron de
mejores principios que finales. No lo vio claro con la espada. Silencio.
No le dio ninguna opción el cuarto a Urdiales,
ejemplar distraído, manso, que llevó la cara alta y buscó siempre los
chiqueros. Lo mejor del quehacer del riojano, lo rápido y pronto que lo cazó en
la suerte suprema. Silencio.
Madrid, martes 24 de mayo de 2016. Toros de Alcurrucén.
Bien presentados y variados de hechuras. Excepcional el segundo, “Malagueño”, Nº
1, negro chorreado en morcillo bragado meano axiblanco, de 563 kilos y nacido
en septiembre de 2010, que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
De buena condición y exigente el encastado 1º. Más deslucidos 4º y 5º. Entrada: Lleno.
DiegoUrdiales: Silencio en ambos.
David Mora: Dos orejas
y silencio.
Roca Rey: Ovación
con saludos y ovación tras aviso.
DERECHAZO A "MALAGUEÑO". Fue un toro que se movió humillando y con clase, facilitando una excelente faena. Fue un toro de indulto para muchas plazas.
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