domingo, 8 de febrero de 2015

EL TORO BRAVO (CULTURA TAURINA)

¿Qué es la bravura? ¿Qué es un toro bravo? Según don Alvaro Domecq, exitoso ganadero.

Don Álvaro Domecq en su finca "Los Alburejos".

    ¿Qué es la bravura? ¿Qué es un toro bravo? Tremenda pregunta que yo me he formulado muchas veces y a la que he intentado responder siempre en mis artículos. Un toro bravo (diría) es un hermoso y orgulloso animal que ataca siempre, sin el menor resquicio de miedo. Un toro bravo arranca pronto, embiste por derecho, siempre para adelante, galopando, no andando, ni trotando. Va siempre más allá de la cornada, tranquilo, reposado, seguro de su fuerza, de su poder, sin temores, sin brusquedad falsa, sin temor al ataque por la espalda. No debe sentir, además, el más insignificante gesto de dolor. Es un gladiador que hemos preparado y fortalecido en la soledad, cuatro años largos, para una lucha de 20 minutos. Debe aceptar la lucha y entregarse a ella sin una vacilación, sin un extraño. No cansarse y embestir aun cuando sienta la espalda atravesándole. Precisamente esta enorme, trágica interminable arrancada hacia adelante, contra todo y contra todos, y que no acabará más que con la muerte, es la expresión que caracteriza a un toro bravo.
    La bravura, primer instinto de defensa sublimada y, luego, casta, raza mantenida, prolongada y fortalecida, siglo a siglo, por la selección, ha terminado siendo una misteriosa propiedad, la misteriosa cólera que poseen sólo los toros bravos de morir embistiendo. Esto es: morir sin ceder y atacando. Por todo ello, la bravura se ha convertido en una fuerza ciega y sin el más leve atisbo de lo que pudiera ser un retroceso, una debilidad: el miedo o el dolor. La bravura es una cualidad, visible, por cualquier persona no aficionada inclusive, del toro en la plaza, que consiste en ir siempre donde lo llaman, que se complementa con otros matices que la subliman y enaltecen.
       También deberíamos detenernos en uno de los prejuicios actuales: confundir bravura con el tamaño o el peso del toro. Un toro grande no siempre es más peligroso que un toro chico, aunque lo parezca y aunque dé más sensación de peligro. El tamaño impone siempre, pero lo que da peligro al toro son sus fuerzas y su bravura. Por otra parte, ya es hora de decir que el toro bravo es un toro pequeño. La selección por bravura afila, empequeñece a los toros, querámoslo o no. Y en torno a estos toros más pequeños ha surgido el complicadísimo toreo moderno. La verdad: no es el toreo actual quien nos ha hecho producir el toro pequeño. Es la aparición del toro pequeño por motivo de la selección y otra serie de motivos, entre ellos la rapidez de nuestro tiempo, lo que ha hecho crecer las fórmulas del toreo moderno. No lo digo yo, lo dice don Alvaro.


Fuente: Edwin Ramírez

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