En un día para el recuerdo salió por la puerta
grande acompañado de Joselito Adame y José Garrido.
Andrés Roca rey, Joselito Adame y José Garrido a hombros tras una buena tarde de toros en Olivenza.
Abrió plaza un toro con el empuje y el poder
justo, que iba y venía pero sin entrega y con la cara a media altura.
Las fuerzas justas. Joselito Adame jugó bien con las alturas y los tiempos del animal
en una faena bien estructurada, de buena solvencia técnica y bien resuelta.
Faltó emoción. Mató de una estocada entera pero trasera y paseó la primera
oreja de la mañana. El cuarto fue un excelente toro de Núñez del Cuvillo. Dudosito reunió las virtudes de la clase, el
recorrido y la humillación. Un punto rajado. Joselito Adame toreó a placer
sobre las dos manos. Espatarrado sobre la diestra, la faena estuvo presidida
por la ligazón. Con largura y por abajo corrió la mano al natural. Bonito y
torero el final, mató en la suerte de recibir y paseó las dos orejas.
La
declaración de intenciones de José
Garrido fue un quite por faroles y gaoneras de rodillas en los mismos
medios de la plaza. Sensacional por la exposición y el riesgo. El extremeño
firmó una faena plena de firmeza y entrega. Asentadas las zapatillas, toreó con
ligazón y mando sobre la mano derecha a un toro de Cuvillo noble y manejable
pero bajo de raza. Más torero que toro. También de rodillas puso el broche a la
faena. Determinación y compromiso. Estocada entera y caída. Dos orejas. Le
cuajó al quinto una faena de menos a más. Poco a poco fue convenciendo a un
toro al que le costó romper para adelante. El extremeño supo sacar el fondo del
toro de Cuvillo en una labor de enorme capacidad y carácter. La primera parte
del trasteo tuvo importancia por saber tirar del animal. El tramo final de
faena estuvo revestido de torería, expresión y empaque en una serie sobre la
diestra. Mató en el primer encuentro y paseó una oreja.
Quieto se quedó Andrés Roca Rey en el quite por saltilleras al
tercero y más quieto todavía en el inicio de faena por cambiados por la espalda
con los que abrió faena. En un palmo de terreno las series, sin rectificar ni
un ápice. Perfecta la colocación. El temple del peruano fue la mejor medicina
para el enclasado y humillador aunque blando cuvillo. Corrió la mano izquierda
con suavidad y pulso, sin ningún tirón, sin apenas toques. Despacioso el toreo
con la zocata. Profundidad, ajuste y bello el trazo del muletazo. Tres
naturales antes de un desarme fueron cumbres. Gran dimensión. Un final por
ceñidas luquecinas acabó por encender al respetable. Despacio ejecutó también
la suerte suprema. Dos orejas y rabo. El último capítulo fue el borrón de la
mañana. El sexto, cogido con alfileres, no tuvo ni la fuerza ni la raza para
venirse arriba. Roca Rey lo llevó sin someterlo en una labor en la que la
emoción la puso el peruano que se montó encima del animal. Apabullante entre
los pitones, pisó con serio aplomo los terrenos del toro. Se inventó una faena
de donde no la había.
DESPLATE TORERO. De Andrés Roca Rey en Olivenza.
FICHA: Olivenza, domingo 6
de marzo de 2016. Matinal. Entrada:
Tres cuartos de plaza. Toros de Núñez del Cuvillo,
bien presentados y de variado juego. Noble pero sin poder el primero; manejable
pero bajo de raza el segundo; bueno el tercero, de nombre Anaranjado,
número 106, negro, de 492 kilos, nacido en 11/11, premiado con la vuelta al
ruedo; excelente el cuarto, Dudosito, número 117, de
503 kilos, colorado, nacido en 12711, premiado con la vuelta al ruedo; con
fondo de nobleza el quinto y blando y flojo el sexto.
Joselito Adame,
oreja y dos orejas.
José Garrido, dos
orejas y oreja tras aviso;
Andrés Roca Rey, dos
orejas y rabo y ovación con saludos tras petición.
Saludaron en el cuarto Miguel Martín y
Fernando Sánchez y Juan José Domínguez en el sexto.
Fuente: aplausos.es
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