• Tras cortar dos
orejas al sexto toro en la reapertura de esta plaza luego de 5 años sin
espectáculos taurinos.
• Luis Bolívar
paseó un trofeo, mientras que El Juli perdió los premios del 4° toro por no
estar fino con el acero.
Fuente: Aplausos.es
ANDRÉS ROCA REY. Saliendo por la puerta grande de la Santa María de Bogotá, tras cortar dos orejas al toro que fue corrido en sexto lugar.
Andrés Roca Rey se llevó el gato al
agua en el festejo de reapertura de la Santamaría de Bogotá y salió a hombros
tras cortarle las dos orejas al sexto. Luis Bolívar obtuvo un trofeo de su
primero y si El Juli se marchó sin premio fue, únicamente, por marrar con los
aceros su estupenda labor al cuarto astado de la función.
Roca Rey brindó el sexto a los novilleros
que se mantuvieron en huelga de hambre hasta lograr el regreso de los toros a
la ciudad. Y no pudo dedicarles mejor homenaje que el del triunfo que obtuvo,
pues le cortó las dos orejas y se aseguró la salida a hombros en olor de
multitudes. Labor de muchos detalles, con algunos altibajos, pero con muestras
de su toreo valiente, vistoso y variado, tanto con capote como con muleta.
Destacó a la verónica en el primer tercio, al igual que en un poderoso quite
por gaoneras, aclamado por la afición. Muleta en mano, trasteó por ambos
pitones en terrenos de tablas, donde buscó refugio el toro. Allí hubo muletazos
de desigual calidad, pues desiguales fueron también las acometidas del animal
de Ernesto Gutiérrez. La entrega por parte de Roca fue el denominador común de
la faena. Un pinchazo sin soltar y un espadazo sin puntilla terminaron de
convencer al respetable para premiarle con el doble trofeo. El toro, aunque a
menos, embistió por momentos con calidad, fijeza y humillación.
El primero, con el que confirmó alternativa en
Colombia Roca Rey, no tuvo franqueza en su embestida, desluciendo el toreo del
peruano, que protagonizó una labor paciente, plena de valor sereno y con
pasajes destacados al natural por el pitón izquierdo. A esos muletazos, lentos
y vistosos, le siguió un final pleno de entrega, en el que el diestro pisó con
enorme determinación la corta distancia. Conectó ahí con fuerza con el público.
La estocada no tuvo el efecto esperado dada su buena ejecución y colocación y
todo quedó en una vuelta al ruedo tras petición de trofeo.
El Juli emborronó con la espada la, hasta ese momento, faena más importante del
festejo. Si su primero le puso las cosas imposibles, este cuarto sí se
prestó más al lucimiento del madrileño. Sobresalió el poderío del torero, que
fue haciendo al toro por ambos pitones. Aunque el animal fue a menos en su
comportamiento, sobre todo en el último tramo del trasteo, sí es cierto que tuvo
una gran condición en su embestida. La labor de El Juli fue a más. Presentó
Julián todas sus credenciales de poderío y mando y se impuso al toro de manera
impresionante. La conexión con el público fue total: hubo gritos de ¡torero,
torero! y sólo media estocada, de defectuosa colocación, unida a dos golpes de
descabello, enfriaron al público. Aun así, El Juli fue obligado a dar la vuelta
al ruedo.
El
segundo mostró desde el comienzo de su lidia mal comportamiento, pegando
arreones, resultando incierto en su embestida, peleando sin ninguna franqueza
en el caballo... y en la muleta, sin pasar casi nunca; y cuando lo hizo, lo
hizo con peligro. Absolutamente deslucido el ejemplar de Ernesto Gutiérrez. No
pudo lograr ni un pase El Juli, que fue silenciado con semejante material. El
toro, por su parte, fue fuertemente pitado en el arrastre.
Luis Bolívar le cortó la oreja al
encastado tercero tras una faena muy importante, en la que a fuerza de
voluntad, entrega y disposición, haciendo las cosas muy bien en todo momento,
se impuso a la difícil condición de su antagonista. Hubo muletazos de trazo
largo, de toreo lento. El toro por momentos quiso rajarse, pero hasta las
tablas se iba a buscarlo Bolívar, logrando destacados pasajes por ambos
pitones. Hubo también circulares invertidos, con cambios de mano incluidos, con
el toro respondiendo cuando logró sujetarlo el caleño. Labor con mérito, pues
el animal puso a prueba las condiciones del diestro, que previamente había
brindado a Felipe Negret, presidente de la Corporación Taurina de Bogotá.
No
terminaron de romper ni toro ni torero en el quinto capítulo del festejo,
enfriando también los ánimos del público el fallo a espadas del diestro de
turno: Luis Bolívar. La faena comenzó lucida con el capote con tres largas
cambiadas de rodillas al hilo de las tablas y se mantuvo en lo alto en el
inicio de faena en los medios, con cambiados por la espalda y pases de pitón a
rabo. Pero las ilusiones se desvanecieron pronto al comprobar cómo ni toro ni
torero terminaron de entenderse. El público esperaba una salida a hombros que,
finalmente, no se produjo. Silencio al torero y silencio para el toro.
Bogotá (Colombia), domingo 22 de
enero de 2017. Festejo de reapertura de la Plaza Santa María tras cinco años
sin toros. Toros de Ernesto Gutiérrez. Desiguales de juego. De
mejor condición 4º y 6º.
Julián López "El Juli".
Silencio y vuelta al ruedo.
Luis Bolívar. Oreja y
silencio.
Andrés Roca Rey. Que confirma
alternativa, vuelta al ruedo tras petición y dos orejas.
Entrada: Lleno de
"No hay billetes". El toro del regreso de la Fiesta a Bogotá atendió
por "Libertad", nº 6, de 471 kilos, y con él confirmó alternativa
Andrés Roca Rey. Antes de arrancar el paseíllo, sonaron el himno nacional de la
República de Colombia y el himno de la ciudad de Bogotá. Además, se escucharon
gritos espontáneos de ¡Libertad, libertad! por parte del
público. Una lona que cubría el ruedo pedía "Libertad, respeto y
derecho" . El periodista y sociólogo Alfredo Molano entregó la llave de
los toriles a los monosabios.
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