domingo, 29 de enero de 2017

ENRIQUE PONCE Y ANDRÉS ROCA REY TRIUNFAN EN MEDELLÍN.

Cuatro toros de Ernesto Gutiérrez fueron aplaudidos en el  arrastre.
Fuente: Aplausos.es


Andrés Roca Rey y Enrique Ponce rumbo a la puerta grande de la plaza La Macarena de Medellín, tras una buena tarde de toros.

     Enrique Ponce fue el protagonista de la segunda corrida de la temporada en Medellín tras cuajar dos faenas perfectas que llegaron al alma de los casi seis mil aficionados que acudieron a La Macarena. El valenciano salió a hombros junto a Andrés Roca Rey, que también estuvo a un gran nivel.
La obra grande de la tarde llegó en el cuarto, un toro que también embistió sin alegría, pero dejando estar al torero. De la faena de Ponce se podrán decir muchas cosas, que fue extraordinaria, que fue de toreo despacioso, que hubo desmayo en cada pase, y hasta que la hondura alcanzada formó el lío de la temporada en Colombia, pero vale la pena decir de esa faena, que el valenciano rescató a una afición golpeada, diezmada y desilusionada porque en su única tarde en Colombia en esta temporada toreó para la afición como si hubiera un diálogo tácito entre maestros, tras brindar su faena al pintor antioqueño Fernando Botero. Cómo bordó el toreo esta tarde Enrique Ponce, esa es la mejor manera de enseñar y aprender cómo se torea con verdad y dónde comienza y dónde acaba una obra de arte, a la que nos quedamos tan cortos diciéndole pase. Sí, también hay que decir que la espada cayó baja y todos lamentamos que acabara así ese gran momento, pero qué más da si a los seis mil que la presenciaron nadie les quita lo toreado, y ya se habían abandonado, el torero al toreo roto y el público a su magisterio.
   Dos orejas paseó Ponce de su primero tras una faena en la que primó la suavidad, el temple y la justa medida. El toro no lució, fue manso y le costaba humillar, pero Ponce a media altura es insuperable y por allí estuvo pleno de lucidez, donosura y paciencia para construir la faena pase a pase. Mató de gran estocada y hubo unanimidad en la concurrencia que pidió las orejas.
   Andrés Roca Rey cortó tres orejas, dos del tercero y una del quinto. Igual eran tres, pero debió ser al contrario, porque la faena al quinto fue muy importante y tan auténtica como meritoria, porque se repuso de una paliza para torear con desparpajo, sin libreto y con profundidad. Los naturales se recogieron en una serie memorable y lo demás fue todo entrega del torero, que no se guardó nada a pesar de que la paliza lo hubiera exonerado en caso de claudicar, pero estamos ante un referente del valor y eso garantiza que, cuando Roca está en el cartel, las cosas buenas pueden llegar. Una oreja fue poco premio.
   En el tercero estuvo inmenso con el capote, variado y torerísimo. No quiso que picaran al toro porque tenía la fuerza medida para cuajarlo por los dos pitones con todo el mérito del torero, que se impuso a pesar de que el toro se reservó embestidas y no fue su gran socio. Roca Rey se percató de que su triunfo dependía de él mismo. Se pidieron con fuerza las dos orejas y el presidente las concedió. Existe la ley de la compensación.
   El toricantano Juan de Castilla no tuvo la tarde que soñó, sí el cartel soñado para su alternativa, y aunque también tocó pelo como sus alternantes, no le alcanzó para acompañarlos en la salida a hombros. Su faena al sexto tuvo carácter porque debió renunciar a lo vistoso por lo efectivo. Y porque el toro, que de entrada lo volteó y destrozó la taleguilla, no se lo puso fácil. Juan se batió con afición y salió bien librado y con una oreja en el esportón como testimonio de que un nuevo torero presenta Colombia.
    En el de la alternativa, brindado a su familia -dijo: "ustedes son mi núcleo, a ustedes me debo en la vida, por ustedes me la voy a jugar. Va por ustedes"-. Toreó muy bien, sin mucha ligazón, pero sí con largueza y mano baja. El toro fue el mejor de la corrida, pasando humillado y con recorrido, virtudes que pronto vio y aprovechó el nuevo torero. Duró poco la faena en ese tono y se vino a menos. Un mejor manejo de los aceros hubiera significado cortar la oreja, que cambió por una emotiva vuelta al ruedo.
Medellín (Colombia). Sábado, 28 de enero de 2017. Segunda de la temporada de La Macarena. Toros de Ernesto Gutiérrez en el tipo de la casa. Nobles y manejables. Aplaudidos en el arrastre 1º, 2º, 3º y 4º. Entrada: casi lleno de la zona habilitada de la plaza.
Enrique Ponce, dos orejas y ovación con saludos en los medios. 
Andrés Roca Rey, dos orejas y oreja con petición de la segunda.
Juan de Castilla, que tomaba la alternativa, vuelta al ruedo tras aviso y oreja.  

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